Es
un templo religioso de culto católico
bajo la advocación de Santa
Gertrudis (de Helfta) en el
municipio de Envigado, Antioquia.
Este templo está situado al costado oriental
del Parque Marceliano
Vélez (parque principal), y pertenece a la jurisdicción de la Arquidiócesis de Medellín.
Es el templo más representativo de dicho
municipio, es una obra renacentista de
estilo greco-romano sobrio. En el 2001 se inició la restauración que finalizó en el 2006.
El 25 de septiembre de 1859 más de 80 vecinos se dirigieron al Pbro. Julián María Upegui pidiéndole que interviniera con el Obispo para que concediera permiso para edificar un nuevo templo porque el que tenían era incapaz de albergar a la población que había aumentado mucho.
El 21 de noviembre del mismo año el Obispo dispuso que se organizara una Junta con tal
fin. Los trabajos se iniciaron pero pronto hubo que suspenderlos debido a la
guerra civil de 1860. El Pbro. Simón de J. Herrera, encargado de la
Parroquia, se dirigió al Obispo de Medellín Valerio Antonio Jimenes el 20 de octubre de 1864 pidiéndole permiso para continuar con el Templo. El 25
del mismo mes, el obispo Jiménez concedió el permiso y ordeno, que como tenían
que destruir la antigua Iglesia pues la construcción era en el mismo lugar, que
si para celebrar la santa misa no había capilla en la población se habilitará
una y en los días festivos se celebrará la santa misa en la plaza.
De Capilla sirvió una de las habitaciones de
la Casa Cural y en los días festivos se celebraba la santa misa en un tablado
construido en el costado occidental de la plaza. El 16 de noviembre de 1864 se reanudó la construcción.
Tiempo después lo continuó, bajo la hábil
dirección del ingeniero Breche, el Pbro. Jesús María Mejía, quien después de
grandes esfuerzos y dificultades tuvo el gusto de terminarlo y hacerlo
consagrar solemnemente el 24 de febrero de 1897.
El templo que hoy existe tiene 71 varas de largo por 33 de ancho. En las 71 está incluida la sacristía, pues el
cuerpo del templo tiene solo 54 varas. Es de 3 naves; la del centro tiene de
ancho 14 varas con 3 puertas al atrio y las naves laterales que son más
angostas, tiene cada una 7 varas de ancho con su respectiva puerta, que también
dan al atrio. La fachada del Templo tiene en el centro un pórtico con el mismo
ancho de la nave del medio. El pórtico está coronado con una espaciosa terraza
o azotea con su baranda de ladrillo cocido encima de la cornisa, la cual viene
a encerrar sus dos elegantes torres que están construidas encima de los
testeros de las naves laterales, Cada torre tiene 4 cuerpos de arquitectura
toscana coronadas por sus cúpulas que terminan con cruces de hierro.
El actual reloj es de construcción americana, lo compró el Padre Mejía y solamente daba
las horas y las medias horas; lo acondicionaron para dar los cuartos y el Pbro.
Jesús Antonio Duque le hizo poner tres muestras más. Cuando se inauguró la
actual Iglesia el campanario tenía 4 campanas de las cuales las dos pequeñas
prestan hoy servicio en la capilla del Asilo de Ancianos. La campana mayor la
quebraron en el repique que se dio para celebrar la terminación de la guerra
civil de 1885. Luego fue refundida. En las campanas se encuentra la
siguiente inscripción: "Soy de la Patrona Santa Gertrudis". Tienen
las campanas un hermoso sonido timbrado e inconfundible.
El Pbro. Fulgencio Villa, encargado de la
Parroquia, en el mes de julio de 1874 compró a
Modesto Molina por $ 152.oo el armonio para la Iglesia. En el año de 1909 fue inaugurado el famoso órgano construido en la Fábrica de Xuclá de Barcelona (España) traído por el Padre
Mejía; es uno de los mejores de Colombia. después de traído el
órgano siguió prestando servicio en las funciones que se celebran en la calle.
Cuando fue creada la Parroquia de Santa Ana de Sabaneta el citado armonio pasó a prestar allí su servicio.
Cuando
regía los destinos de la Parroquia el Pbro. Marcelino Ochoa se construyó una
capilla aledaña a la nave izquierda de la Iglesia dedicada al Santísimo
bellamente decorada y con un magnífico altar de mármol. El terreno y los gastos
de la construcción fueron donados por Doña Justiniana Ochoa (alias La Monja) y
doña Irene Montoya de Ramírez.
El 25 de septiembre de 1859 más de 80 vecinos se dirigieron al Pbro. Julián María Upegui pidiéndole que interviniera con el Obispo para que concediera permiso para edificar un nuevo templo porque el que tenían era incapaz de albergar a la población que había aumentado mucho.
Su recinto guarda valiosas joyas de arte: el
altar mayor; el sagrario y el púlpito de una talla impecable. En esas obras
trabajaron los talladores, Álvaro Carvajal Manuel Montoya Escobar, Rosendo
Muñoz y Alejo Vieco; todos ellos contrajeron matrimonio con distinguidas
envigadeñas. Las estaciones las pintó el maestro Ortiz y los marcos de éstas y
el Santo Sepulcro los construyó el ebanista Simón Caballero. La construcción de
los techos del templo la dirigió el notable ingeniero inglés Mr. Richard Lewis
Marshall. Guarda también el templo artísticas imágenes, una hermosa Custodia
que reemplazó la que fue robada por el profano Rafael Lotero Betancur el 11 de septiembre de 1900, y riquísimos ornamentos y
vasos sagrados.
Fuente: www.wikipedia.org
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